Embarazo antes de los 20 y después de los 35 años conlleva riesgos durante gestación y parto
Diabetes, hipertensión, lupus eritematoso, cardiopatías y enfermedades renales, entre otros padecimientos crónicos, así como el embarazo antes de los 20 o después de los 35 años incrementan el riesgo de tener complicaciones durante la gestación y el parto, señalaron especialistas del Instituto Nacional de Perinatología (INPer) de la Secretaría de Salud.
Precisaron que el embarazo después de los 35 años aumenta el riesgo de alteraciones genéticas en el feto como el síndrome de Down, que es el más común, mientras que antes de los 20 años puede haber complicaciones en el parto, debido a que muchas veces la pelvis de la persona embarazada no se ha desarrollado por completo.
Algunos riesgos de la gestación antes de los 20 años también están relacionados con la falta de seguimiento médico adecuado durante el embarazo por las dificultades que enfrentan para acudir a consulta, para llevar una alimentación adecuada y, en ocasiones, consumo de alcohol o drogas.
Asimismo, las personas embarazadas que viven con enfermedades crónicas, entre ellas la diabetes, hipertensión, obesidad y cardiopatías, pueden tener partos complicados, hemorragias obstétricas y mayor riesgo de fallecimiento.
Los signos de alarma durante el embarazo que ameritan acudir de inmediato a consulta médica tienen que ver con la presencia de contracciones regulares, síntomas de presión elevada o dolores de cabeza como el zumbido de oídos, visión de destellos, hinchazón irregular en las extremidades, presión arterial de 140-90 o más (podría ser un signo de preeclampsia), líquido transvaginal y falta de movimiento del feto.
Resaltaron que, en una persona gestante saludable, la frecuencia de las citas médicas prenatales depende de la etapa del embarazo; durante el primero y segundo trimestres es suficiente una consulta cada cuatro semanas, y en el tercer trimestre puede ser cada 15 días o cada semana después de las 37 semanas para detectar cualquier complicación en el crecimiento fetal, en el trabajo de parto o en la dilatación del cérvix.
En entrevista, resaltaron que pacientes con alguna enfermedad crónica o condición médica especial necesitan vigilancia médica más estrecha.
Recomendaron la práctica de actividad física o ejercicio de bajo impacto durante el embarazo, como natación, yoga, caminata o aeróbicos, y evitar el de alto impacto por representar riesgo de desencadenar contracciones, parto prematuro o ruptura de membranas.
El embarazo saludable implica la planeación y valoración del estado de salud para controlar o atender alguna condición médica anormal, que puede ser la glucosa, presión arterial y hábitos no saludables; la suplementación con ácido fólico antes del embarazo para reducir el riesgo de abortos y malformaciones fetales, además de la alimentación balanceada, entre otros.
La alimentación equilibrada e hidratación debe mantenerse en la etapa posparto para la adecuada producción de la leche materna que necesita la o el bebé. Además, hay que acudir a las consultas de revisión para descartar infecciones, verificar la adecuada involución del útero y cese de sangrado.
El especialista se refirió también a la planificación familiar consciente y responsable con el método más adecuado a las necesidades de cada paciente. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revelan que, en 2013, hubo 2.5 millones de nacimientos; en la actualidad se reportan 1.8 millones.
Secretaría de Salud | Mayo 10, 2024.